miércoles, 28 de julio de 2010

La Comunidad (para el desarrollo humano) y los trabajos de Escuela


La Comunidad es una organización humanista mundial que impulsa una transformación profunda en la sociedad y en el ser humano a fin de dar nacimiento a una nueva cultura planetaria: “la cultura de la no-violencia”.

Esta propuesta sentida y profunda parte de la necesidad de dar respuesta a las preguntas fundamentales de todo ser humano, de su necesidad de sentido, de su posibilidad de crecimiento y transformación profunda, y de ayudar a otros en la misma dirección.

Esta transformación que proponemos no es un cambio más, no es solamente un cambio de formas, ni es solamente un cambio ideológico y político.

Este proyecto social se apoya en la aspiración de “repudiar la violencia en todas sus formas y desterrarla de la faz de la Tierra”. Este es el aspecto social básico de nuestro proyecto.

Existe otro aspecto muy importante de nuestro proyecto y de nuestra propuesta que implica una dimensión interna, personal y profunda.

Es la posibilidad de alcanzar experiencias profundas que den pleno sentido a la vida de cada ser humano. Esto se realiza en reuniones grupales, seminarios y retiros.

Estos estudios, trabajos y reflexiones se realizan en los Parques de Estudio y Reflexión, diseminados en todo el planeta, donde nos reunimos en grupos y equipos de trabajo a fin de profundizar en estas experiencias profundas que llamamos “Trabajos de Escuela”, que incluye una etapa de Nivelación y luego otros trabajos que se conocen como las cuatro Disciplinas.

Los miembros de La Comunidad queremos informar de todo esto a quienes tengan interés.

LAS 4 DISCIPLINAS


Las vías que hoy conocemos se apoyan en los descubrimientos que realizaron diferentes pueblos en un lapso no mayor a los siete mil años. Es tal la diversidad de fuentes fragmentarias que no se puede pretender abarcar todo el conocimiento y la práctica de acceso a lo Profundo. Nuestras Cuatro Disciplinas trabajan con la manipulación de objetos materiales externos (D. Material), con la energía
psicofísica (D. Energética), con los objetos mentales (D. Mental) y con las formas mentales (D. Morfológica). Queda claro que esas Disciplinas no agotan otras posibles vías.
La Disciplina Material se basa en los trabajos de taoistas y budistas chinos, así como de babilonios, alejandrinos, bizantinos, árabes y occidentales. A ese conjunto de trabajos en su continua transformación y deformación se lo conoció con el nombre de “Alquimia”. Hacia fines delS. XVIII, la Alquimia había declinado irremediablemente, pasando muchos de sus descubrimientos, procedimientos e instrumental, a manos de la Química naciente.
La Disciplina Energética busca sus raíces en el Asia Menor desde donde el orfismo y el dionisismo se propagaron hacia Creta y Grecia sufriendo importantes modificaciones hasta que fueron abolidos por el Cristianismo triunfante. También en algunas líneas sivaítas y del tantrismo, se pueden rescatar fragmentos de una experiencia extraordinariamente rica.
La Disciplina Mental encuentra en el budismo su mayor fuente de conocimiento. Para favorecer las distinciones entre actos y objetos mentales apela al lenguaje riguroso de alguna corriente filosófica contemporánea.
La Disciplina Morfológica reconoce antecedentes significativos en algunas corrientes de
pensamiento pre-ático que florecieron bajo las influencia “orientales” de Egipto, Asia Menor y Mesopotamia, tal el caso de la escuela pitagórica.
Las Disciplinas trabajan con rutinas que se repiten en cada momento de proceso (paso), hasta que el operador obtiene el registro indicado. Todo el proceso está convencionalmente organizado en doce pasos separados en tres cuaternas. Así como cada paso tiene una designación que aproxima a la idea del registro buscado, cada cuaterna señala un significativo cambio de etapa.
Las Disciplinas llevan al operador en la dirección de los espacios profundos.
Concluido el proceso Disciplinario se está en condiciones de organizar una Ascesis despegada de pasos, cuaternas y rutinas.

LA ESCUELA Y LAS DISCIPLINAS



Estos son trabajos de transformación profunda que estamos haciendo muchos amigos en todo el planeta, y estamos muy interesados en que llegue a todos esta gran posibilidad.

Antes de pasar a estudiar las cuatro disciplinas será conveniente reflexionar sobre el alcance de estos materiales. En la Escuela se trabajan las Disciplinas con clara intención de presentar cuadros de situaciones mentales que no se aprecian ni se resuelven con la información y la forma mental habitual sino mas bien usando otras vías de comprensión que bien podríamos llamar “intuitivas” o “inspiradas” y que desde luego están planteadas fuera de la racionalidad habitual y de la mecánica mental cotidianas. En las Disciplinas se trabaja con alegorías, signos y símbolos y dentro de “atmósferas” bien diseñadas para enfrentarse a hechos psicológicos sorprendentes que si se presentaran como “problemas” deberían ser resueltos en otro nivel de comprensión. Contamos desde hace mucho tiempo con trabajos parecidos a los que se realizan con los “koans” en el budismo Zen japonés. En dichos trabajos, en dichos acertijos y paradojas, no se pretende confrontar lo que muestran los sentidos con otro tipo de percepción, ni el discurso coherentemente organizado con proposiciones que contienen términos contradictorios entre si.

En las Disciplinas no se tratan los temas que encontramos a diario en los medios de difusión o de la charla cotidiana. Se pretende, simplemente, adiestrar el punto de vista y la reflexión haciéndolos tan flexibles como sea posible, sin perder una secuencia y un proceso que mantenga su lógica interna y lleven a comprensiones diferentes a las habituales… El “mundo” está repleto de otros puntos de vista y otras comprensiones, así es que nos reservamos una humilde franja de temas y procedimientos que solamente practicamos y estudiamos en la Escuela.

Si es que estos ejercicios y prácticas tuvieran alguna utilidad, sería la de presentar ante el practicante otra forma posible de emplazarse frente a las paradojas y, por qué no, frente a realidades cotidianas que solemos descartar sin más, dado su carácter a veces ambiguo, a veces multivoco pero a menudo sorprendente y hasta “increíble”. Por otra parte, si no se viera utilidad de tales trabajos siempre quedaría en nosotros ese “residuo” tan especial que a veces nos dejan los sueños y algunas obras de arte. Esos “residuos”fueron rescatados desde antiguo por el hermetismo sistemático Alejandrino y hoy por la estética surrealista.

En la Escuela, se ejercita la comprensión de nosotros mismos tomando los recodos de un pensamiento relacional que nos coloca en los espacios de la conciencia inspirada.