Más allá de comprender que seguramente su obra, su mensaje está terminado y la acción está en nuestras manos
Pensé en la situación actual del ser humano en el mundo, un mundo tan desigual, desproporcionadamente desigual, y me dije partió con la simpleza de la finitud del cuerpo, sin acudir a los avances tan injustamente apropiados para unos pocos, que rinden culto a este mundo como lo único existente.
Es una creencia, pero me resuena, libre del mercantilismo que se hace con la salud, tan un derecho para todos.
Y las cenizas… sin dejar rastros de su cuerpo, no habrá un lugar de culto externo, no será posible, su cuerpo no será venerado, solo queda su obra, sus parques, y la posibilidad de buscarlo dentro, a cada ser humano necesitado de sentido, llegará su mensaje.
Por María Luisa Eyras
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